El Yo Crístico individual, el Cristo personal, es el iniciador de toda alma viviente. Cuando el individuo pasa estas diversas iniciación en el sendero de la cristeidad, incluyendo "matar al morador del umbral", se gana el derecho a que se le llame ser crístico así como el nombre de hijo o hija de Dios. Hay quienes, en eras pasadas, se ganaron semejante título y comprometieron esa culminación o no lograron manifestarla en encarnaciones subsiguientes. En esta era el Logos los requiere para que manifiesten su maestría divina interna y la perfeccionen en el plano físico mientras están en encarnaciones físicas. Por lo tanto, para asistir a los hijos e hijas de Dios en hacer que su manifestación sea conmesurable con su Luz interior, los Maestros de la Gran Hrermandad Blanca han publicado sus enseñanzas a través de los Maestros Ascendidos y de sus Mensajeros en este siglo. Y Saint Germain fundó la Fraternidad de Guardianes de la Llama, a través de la cual envía lecciones mensuales graduadas a los miembros de esta orden, dedicada a guardar la llama de la Vida en todo el mundo. Antes de pasar con éxito als iniciaciones del discipulado, se hace referencia al individuo como hijito de Dios, en contraste con el término "Hijo de Dios", que denota la plena Cristeidad, en el cual el alma, en y como Hijo del hombre se ha fundido en el Hijo de Dios sigiuiendo el ejemplo de Jesuscristo.}Con la expansión de la conciencia del Cristo, el ser crístico avanza para alcanzar la realziación de la conciencia crística en el nivel planetario y es capaz de sostener el equilibrio de la Llama Crística para las evoluciones del planeta. Cuando logra esto, asiste a los miembros de la jerarquía celestial que prestan su servicio en el cargo de Instructores Mundiales y al Cristo planetario.
Alquimia
Saint Germain.
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