domingo, 13 de marzo de 2016

Amor...8 de 8

G. La Armonía el Cumplimiento de la Ley del Amor

En el santo nombre del Amor quisiéramos hablar, de manera práctica, de la gran necesidad de guardar y mantener la propia armonía no sólo en los propios sentimientos, sino también en los propios pensamientos, porque la armonía no es únicamente al Ley del Amor, es el epítome del Amor, el signo de los verdaderos héroes conquistadores del Amor.
Ahora bien, como muchos de vosotros sabéis, cuando el pensamiento desea ir hacia la derecha, y los sentimientos tiran hacia la izquierda, con la mayor frecuencia son los sentimientos los que ganan y el pensamiento, justificándose, gravitará en la dirección que ellos tomen, y en muchos casos, a no ser, por supuesto, que los sentimientos estén motivados por el más puro Amor, esto no constituye el cumplimiento de la ley de la armonía; se trata más bien, a menudo, de una transición del alma atrapada entre el  mundo mental y el mundo de los sentimientos. Y el resultado puede ser esa paz sin honor que, como no está basada en Principios, no puede aportar la solución permanente del problema.
Entre todos sus nobles esfuerzos para precipitar sustancias alquímicamente, el hombre no encontrará una clave alquímica más elevada que la pureza  del Amor divino que fluye desde  su conciencia en la forma de pensamientos y sentimientos de Dios –mensajeros alados de la Luz que transmiten bendiciones, que atraen más de su especie y que devuelven al alquimista las bendiciones de la Vida abundante.
El Amor de Dios hecho manifiesto en la llama trina cintila con inmortal brillo. Su Luz vibrante, radiante, omniabarcante comprende los centros de llama solar de todos los sistemas de energía macrocósmicos/microcósmicos interrelacionados, en  manifestación material y espiritual, si se retira el Poder del Amor de cualquiera de ellos, acabarán ciertamente por desplomarse.
Cualquier sistema de mundos, cualquier  cuerpo planetario  o estelar que haya sido disuelto, cualquiera que haya sido la razón aparente o científica, se ha desplomado desde el interior debido al retiro de la carga de Amor desde el centro solar. El lapso transcurrido entre el momento del retiro y el momento de la disolución puede variar de miles da millones de años, en la cuenta humana del tiempo; o bien puede durar unos cuantos microsegundos –o un intervalo entre ellos. Pero la decadencia de cualquier sistema comienza con el retiro de la “piedra imán” del Amor de su centro.
El Amor es, pues, en verdad, el Poder adherente del universo.
Una de las enfermedades más temidas hoy en la Tierra se manifiesta como el resultado del odio que los hombres se tienen, que, cuando se le regresa al remitente, saca el elemento Amor de las células y ocasiona con ello una perversión de su función. Por invasión y metástasis, la enfermedad acaba por extenderse por todo el cuerpo y sobreviene la muerte cuando la forma, cuyas células han perdido el poder adharente del Amor, ya no pueden atraer hacia si suficiente luz para sostener las funciones corporales. Aunque la causa sea antigua, habiendo estado latente por muchas vidas, el karma cierra su círculo. Sólo marejadas de Amor y océanos de llama violeta pueden dar resolución permanente al odio enconado que se aloja en la psique del hombre.
Sin embargo, al día de hoy muchos han prometido cargar el karma del mundo en sus miembros. Santos intachables son los que toman en su cuerpo el pecado mundano del odio humano. De manera que no juzguéis al enfermo, más ayudadlo, ayudadlo. Sanadlo con Amor. Para la curación de muchos tipos de cáncer y otros trastornos físicos, mentales o emocionales, invocar el Amor divino es esencial. Y el sanador debe ser todo Amor en acción.
La respuesta compasiva de Jesús al grito de los dos ciegos: “Ten misericordia de nosotros, hijo de David”, fue una acción personal de Amor divino. Él tocó sus ojos y dijo: “Conforme a vuestra fe os sea hecho”.
La curación de la mujer que tocó su túnica sin que él lo supiera, es un ejemplo de curación de la acción impersonal del Amor divino.
Su respuesta: “¿Quién me ha tocado? Porque yo he conocido que ha salido virtud de mí…”, demuestra que el Cristo Impersonal la había curado a través de él sin su conocimiento previo.
El Amor Divino en el Cristo vivo, el Hijo que está tras cada hijo del hombre, es tanto personal como impersonal; y se cumple punto por punto, en la medida de vuestras capacidades, en cada uno de vosotros a lo largo de los ciclos de la ley de vuestro Ser, la ley que es siempre Amor en manifestación. Cuando la ponéis en práctica, la Ley del Amor une la pureza de la justicia, la misericordia y la libertad en perfecto equilibrio a través de la llama trina que está dentro de vuestro corazón.
Que quienes así lo deseen, descalifiquen la ley como Amor y nieguen sus medidas correctivas como una acción de Amor. Recordad las palabras: “Porque el SEÑOR al que ama castiga, y azota a cualquiera que recibe por hijo”.
Para cerrar esta Trilogía, pues, yo os digo que no dejéis que el amor egoísta os lleve por los desvíos del engaño, lejos de vuestros hermanos y hermanas y de las demás partes de la Vida que Dios ha hecho. Recordad también que los han elegido encarnar elementos del mal, siempre andan en busca de dividir a los hijos de la Luz con sutilezas, halagos, hipocresía, intereses de dinero, líos sexuales, etc. –podéis completar la lista por vosotros mismos--; mientras que el verdadero Amor aspira a unir a los hijos e hijas de Dios en la esencia misma de la santidad y del servicio al mundo.
Rendir tributo al Amor es rendir tributo al gran Poder atrayente de la llama tripartita del mismo Dios. El Amor es la llama del Ser de Dios en manifestación. Algún día los científicos del mundo podrán, con instrumentos especiales, medir una porción de la llama del amor y sus energías radiantes, pero nunca habrá un instrumento que tenga una escala lo bastante grande para medir el Poder omniabarcante del Amor infinito.
El Amor infinito se puede expresar mejor como la manifestación de Dios. La manifestación de Dios puede ocurrir en quien sea. Es el destino del hombre que le sacude el polvo. El Amor es, pues, la plenitud de Dios cuando manifiesta al hombre. Yo os digo que no hay límite para la medida del Amor de Dios que cualquiera que quiera puede manifestar. Cualquiera que quiera invocarlo, serlo y compartirlo puede ser la respuesta al llamado y a la vocación del Amor.
Aquí, en el reino del Amor divino está la Ciudad de Dios, la ciudad cuadrangular descrita por Juan el Amado como el lugar de la realización consciente, donde todas vuestras aspiraciones pueden encontrar expresión sin obstrucción. Aquí vuestra alma mira hacia los grandes espacios abiertos de la creación.
El Amor tiene mundos nuevos sin límite que conquistar. El Amor es la Tierra Prometida donde la fuerza de la naturaleza del león se otorga al corazón del cordero, y el Buen Pastor del pacto Eterno los sella a todos en la victoria de la Llama Tres-en-Uno en expansión del Dios-Bien (God-Good), mundos sin fin.
Porque tuyo es el Reino –la conciencia de Dios, Su Sabiduría--.tuyo es el Poder –la fuerza ilimitada, inextinguible para ser y cumplir vuestro destino de fuego—y Tuya es la Gloria –la Luz victoriosa de la diadema de perfección del Amor—por los siglos de los siglos. Amén.
Tu Dios así lo ha querido.
YO SOY, en la causa y al servicio de ña Libertad, vuestro seguro servidor.

SAINT GERMAIN.

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