EL CAMINO DEL ÁRBOL DE LA VIDA
El fervor que aspiramos a comunicar puede asimilarse. El fuego de nuestra mente y espíritu puede absorberse con una simple lectura y la aplicación de la conciencia, del corazón. Sabemos que el hombre puede entrar, por inducción, en un estado más elevado.
La lectura y relectura sincera de nuestras palabras, hasta que se conviertan en parte integrante de la conciencia del aspirante a discípulo, pueden crear, y de hecho crean, en él una clave gracias a la cual se desarrolla su propia habilidad alquímica.
Se ha despertado tanto interés por la creación de la nube en muchos de vosotros que quisiera seguir exponiendo sobre ella.
La nube es el medio por el cual el hombre cambia su destino, no digo que no haya otros métodos que puedan efectivamente lograr este propósito. Cada acto kármico tiene su propia recompensa.
Cada acto que realizan los hombres, cada pensamiento que piensan deja huella en su vida, pero muchos de ellos están teñidos negativamente, de ahí que se manifiesten en forma destructiva. Llegan al azar, a través de experiencias que los hombres no gobiernan; porque, cuando los hombres no gobiernan su mundo, las circunstancias del mundo lo gobiernan a él.
Con la creación de la nube, pues, buscamos trascender el tiempo, el espacio y aun el karma: cortando en muchas de las viejas espirales, abreviando el tiempo en que el hombre se dé cuenta de su propia realidad divina y ayudándole a darse cuenta, en forma avanzada, de benevolencia del Señor Universo.
Hay muchas escuelas de la Hermandad. Hay muchos métodos para obtener logros. En nuestras comunicaciones a través de The Summit Lighthouse aspiramos a asistir a nuestros estudiantes en la expansión de su conciencia con facilidad. Tratamos de unir el cuerpo de Dios en la Tierra creando primero el entendimiento tanto de la belleza como de lo práctico de la verdadera alquimia. No estamos interesados en formar una sociedad de magos que vayan por ahí haciendo supuestos milagros –aunque admitimos que el alquimista experimentado puede hacer eso precisamente con este curso.
En lo que estamos interesados, es en suscribir a nuestros estudiantes a una hermandad y un cuerpo universales que ya existen en espíritu en la Gran Hermandad Blanca. Estando en un plano invisible, esta orden, que reúne a los alquimistas del Espíritu, requiere una unión con la humanidad encarnada. Pues sólo a través de esta asociación podemos formular los conceptos más hermosos y confortadores que permitirán, a todo el hogar mundial, respirar el aire de la libertad e imbuirse de los fuegos del destino en sus aspectos individual tanto como colectivo.
El hombre debe ver y saber que tal como es, y tal como actúa los demás también son y actúan. Así, pues, en percepción y en acción el hombre puede dotar a las páginas de la historia de una iluminación reveladora, cumpliendo así los fíat de Dios “! Señoread la Tierra!” y “¡ Poned el ejemplo para el siglo!”. Con cada acto de gracia, al hombre se le dota de más gracia. Cada paso que dé en la maestría de sí mismo lo coloca más alto en la dignidad kósmica, hasta que al fin es coronado a través de los misterios eternos con la realización completa de su propio potencial.
Entonces, nuestra nube, en respuesta a algunas de vuestras preguntas, puede volverse físicamente tangible. No es necesario que sea ése el caso para dotaros de las más elevadas gracias. Con la nube podéis atraer hacia vosotros a los santos testigos de Dios que han vivido en todas las generaciones, que Lo han llamado bendito y que Él ha bendecido.
A través de la luz y el fuego de la nube podéis liberaros de la mediocridad de la época actual y de la degradación de épocas anteriores, así como de los efectos acumulativos en la psique humana. Podéis, por así decir, desgarrar el velo del Sanctasanctórum si vuestro objetivo es la comunión con el Altísimo, como fue el objetivo es la comunión con el Altísimo, como fue el objetivo de Moisés en el desierto del Sinaí. Con la nube podéis alcanzar la plena perfección de vuestra gloriosa Presencia YO SOY.
Luego, a través de vuestro contacto con la Presencia YO SOY, la Presencia de todo ser, podéis desarrollar una cultura del Espíritu en niveles inferiores que proporcionará una escalera de seguridad por la que otros podrán subir. Nunca ha sido necesario, independientemente de cuáles manifestaciones externas o de cuáles energías astrales viles quieran entrar en vuestro mundo, rendirse a tales depredaciones. Tenéis el poder del Cristo para desechar estados de conciencia indeseables.
El Gran Alquimista vive dentro de vosotros. Vosotros vivís dentro de él. Por lo tanto, a través de vuestras experimentaciones conscientes con la nube podéis rodearos del medio con el cual producir transformaciones.
En nuestro examen de quienes a lo largo de los siglos han trabajado con la nube, hemos notado que los que estaban convencidos de la realidad de la nube que se atrevieron a dotar su conciencia y su ser de las cualidades propias de la nube, fueron cada vez más eficientes en su uso. Para ellos, cada experimento cotidiano de crear cambios ha sido cada vez más fácil.
Espero que en este curso intermedio os haya comunicado las ideas que deseaba comunicar. Sin embargo, entended por favor que todo el poder y toda la gloria sólo pueden irse manifestando dentro de los conceptos del curso en su totalidad.
Es mi esperanza, igual que al crear esta serie cuando produje por primera vez los Estudios Sobre Alquimia, elaborar un día para vosotros los Estudiantes Avanzados Sobre Alquimia. Entonces podremos ofrecer a los hombres una bella trilogía: la primera sección sentará la base de ideas con la llama dorada de la iluminación; la segunda, ésta, proferirá el rayo de amor que, por medio de la nube del Espíritu Santo, dotará de vida a vuestras ideas; y la tercera, que explicará cómo hacer que sea permanente aquello que creéis con el poder de la Palabra hablada.
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