miércoles, 20 de julio de 2016

"!CREAD"¡ Y LA NUBE I

“¡CREAD!” Y LA NUBE

Cuán profundamente han anhelado muchos hombres saber cómo generar cambios constructivos tanto en ellos mismos como en el mundo. Que se den cuenta, pues, de que provocar cambios es un acto creador. La alquimia es la ciencia creadora gracias a la cual al hombre le es posible obedecer el fiat original de Dios “¡Señoread la Tierra!”.
Este mandato era indicativo del plan del Padre para Su hijo, y los medios para llevarlo a cabo se van descubriendo a medida que uno aprende los antiguos secretos de esta ciencia sagrada. Al practicar estos principios alquímicos, el individuo es capaz de elevarse de la condición de títere de la voluntad de otros egos, de la voluntad de espíritus desobedientes, de las fantasías pasajeras del momento o de los dictados de los hermanos de la oscuridad, que inducen al joven adepto a practicar la magia negra y la brujería, halagando su ego, citando a menudo las Escrituras y diciéndole: “Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se hagan pan”.
Ahora estamos casi a punto de dar nuestros pasos iniciales en la generación de cambio: no un cambio que haga engranar al hombre a la escena contemporánea, donde todos sus esfuerzos son moldeados por factores ambientales, sino un cambio que lo acerque a su Imagen Real. Crearemos el medio gracias al cual el cambio se pueda generar por nuestra soberana voluntad, gracias al cual podamos señorear la Tierra. Porque es aquí en la Tierra donde estamos obligados a crear los deseos de nuestro corazón. Es aquí y ahora donde por cierto estamos obligados a convertirnos en co-creadores con Dios, para cumplir así con la pureza de Su propósito.
En tanto que reconozco que parece haber factores mecanicistas en la dirección científica que estoy por daros, estoy seguro de que habréis notado las muchas salvaguardas que he introducido en este curso para asegurarme de que nunca tengáis una opinión errónea; pues nadie debería asumir nunca que por un mero ritual científico o mecánico será capaz de realizar los más elevados tipos de manifestación alquímica.
¡De ninguna manera! Porque la alquimia más elevada, el mayor cambio, es el que transforma al hombre en un dios, aquel por el cual el hijo se convierte en uno con el Padre; y esto no se puede lograr nunca por medios mecánicos.
Paraos ahora delante de vuestro altar, honrando al Dios vivo y Su fiat. Pues Aquel que es Dios lo ha ordenado: “¡Señoread!”. Estáis funcionando correctamente, entonces, cuando hacéis al menos eso. Estáis a punto de crear; primero crearéis la nube a partir del enorme poder de Dios almacenado en cada punto del espacio, esperando ser invocado.
El poder de la visión es fundamental para nuestra invocación. Por lo tanto, crearemos en nuestra mente primero un resplandor blanco lechoso, y veremos este resplandor blanco lechoso como una acción electrónica vibratoria de luz vital, móvil, inefable. La concentración de la luz, que llamamos la densidad de la luz, es lo que da el color blanco lechoso. Si la nube fuera atenuada, podríamos ver a través de ella como si las escenas que nos rodean estuvieran envueltas en neblina.
Una vez habiendo creado en nuestra mente esta forma de una nube translúcida y brillante, le permitimos que rodee nuestro cuerpo físico y que ocupe nuestro cambo energético. Por un momento nos perdemos entre la nube, y luego parece como si hubiera estado ahí. Su atmósfera es familiar, cómoda.
Reconocemos que la mente tiene el poder de extender su círculo de influencia, pero no debemos tratar de alejarnos del árbol original del yo. Que esta nube brillante y resplandeciente tenga primero como tres metros de diámetro a nuestro alrededor. Más tarde, tal vez la extenderemos a un diámetro de treinta metros, luego a trescientos metros y más.
En nuestras primeras meditaciones nos concentraremos en intensificar la acción de la luz blanca en nuestra mente. De ahí transferiremos esa acción a la zona de tres metros alrededor de la forma física. Una vez que hayamos desarrollado la sensación de esta nube alrededor de nuestra forma física, entenderemos que, aun cuando la nube pueda hacerse visible a nuestra vista física, nuestra preocupación principal es hacer que su alta acción vibratoria sea puramente Espiritual.
Quienes entre vosotros estén familiarizados con la electrónica y con el funcionamiento de un reóstato, entenderán que con un simple viraje que se dé al dial de la conciencia podemos intensificar la acción vibratoria de la nube. En este caso, incorporamos más luz alrededor de cada punto central de luz; pues nuestra nube se compone de muchos puntos de luz cuyas auras se difunden y mezclan unas con otras, dando el efecto total de un resplandor blanco entrelazado pero altamente concentrado, una nube remolineante y pura de energía kósmica.

"!CREAD"¡ Y LA NUBE II

¿Qué es esta poderosa nube que hemos creado, este campo de energía vibrante, y, para empezar, por qué lo creamos?
En realidad aunque he empleado la palabra crear, sería más apropiado si tal vez utilizara la palabra magnetizar; porque en realidad estamos magnetizando lo que ya está presente por todos lados en el espacio. Estamos amplificando una intensa acción de la luz desde el interior de su propio cambo energético –más de lo que se manifestaría normalmente en un área dada. Con ellos estamos tomando del poder divino universal para producir esta nube que primero penetra y luego santifica nuestro campo energético inmediato, para poder tener un altar espiritual sobre el cual podamos proyectar las imágenes de la realidad que deseamos crear.
Tened presente que esta nube puede ser utilizada terapéuticamente para la salvación de las naciones y del alma de un planeta, o bien podéis utilizarla como plataforma para invocar, como hizo Cristo en el Monte de la Transfiguración, la presencia de los Maestros Ascendidos –de los amados Jesús, la Madre María, el Maestro Serapis Bey, de Luxor, el Maha Chohán, el Señor Maitreya, el Arcángel Miguel--, para que os asistan no sólo en vuestros experimentos alquímicos, sino también en vuestra ministración a la vida.
Allí donde todavía sois ignorantes de lo que deberíais producir exactamente para vosotros y para otros, podéis, de manera gentil y candorosa, pedir a Dios que produzca, a partir de la gran poza de energía lumínica, el milagro de Su Amor curativo, no sólo en vuestra vida, sino en la vida de las multitudes del mundo en gran escala.
Podéis pedir que el poder de Dios y del reino de los cielos se manifieste en la Tierra. Podéis pedir por que la edad de oro nazca, porque se terminen los pleitos y las luchas y todas las manifestaciones negativas y de odio. Podéis pedir que el Amor señoree el mundo. Si abrís vuestro corazón a las necesidades del mundo y al Amor de la Divina Madre que aspira a expresarse a través de vuestra conciencia elevada, fluirán a vuestra mente ideas sin límite para el servicio universal.
Pero aquí, una vez más, me apresuro a tocar una nota de advertencia, especialmente en beneficio de los que se han inclinado físicamente, o que tienen la tendencia, como dirían los hombres, a “lanzarse hasta el fondo”. ¡Cuidado! Estáis manejando poder creador sagrado. ¡Cuidado! Es mejor si pedís a los Maestros que interpongan sus ideas –sin que necesariamente las definan o las comuniquen a vuestra mente consciente—y no que os alejéis de los límites de la norma alquímica.
Los Maestros Ascendidos no son sólo cuerdos y están bien organizados, sino que también son píos y profundos a la enésima potencia. Es esencial, pues, que seáis como ellos. Sobre todo, no os dejéis arrastrar por el orgullo o por la exaltación del yo por encima de vuestros semejantes.
A medida que vais adquiriendo poder Espiritual a través de estos periodos de meditación sobre la nube –que al principio no deberían exceder de quince minutos al día—, tratad de entender que la nube creadora, una vez que se ha dispersado por vuestro fíat a la conclusión de la ceremonia creadora, seguirá expandiéndose, expandiéndose, expandiéndose por el Universo como un globo de fuego blanco traslúcido, arremolinándose en esferas siempre crecientes para entrar en contacto con todo lo que es real y realmente vuestro.
La nube, como manifestación del poder de vuestra energía creadora, el fuego de vuestro Espíritu, atraerá a vuestro mundo la conciencia de Dios mismo. Evocada desde los poros centrales del ser y expandiéndose bellamente como un altar de Dios, la nube santificará el espacio allí donde se expanda.
Cristo fue capaz de generar los milagros registrados en los Evangelios, y muchos más, porque antes había adquirido la maestría del uso correcto de la energía. A la energía sagrada del Espíritu la llamó “Padre”; y, en verdad, es el padre del Espíritu de toda manifestación.
El Padre es omniamoroso, omnisapiente, todopoderoso, y hará de vosotros todo lo que ÉL es. Pero apenas hemos empezado a tratar levemente el correcto uso de Su energía. Por ello aspiro a desarrollar en vuestra conciencia, con la lectura de este material, una actitud correcta que os permitirá actuar, bajo la guía de vuestra propia Presencia Divina y Yo Crístico, como co-creadores eficientes con Dios y la Hermandad de la Luz.
Necesitamos alquimistas del espíritu –hombres y mujeres que produzcan manifestaciones alquímicas físicas, mentales, emocionales y etéricas. Al amalgamarlas en un acto creador de vida abundante, dichos alquimistas al fin comprenderán el significado de las palabras del Maestro: “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”.
La alquimia no es un medio demoniaco de producir riquezas y honores. Es una ciencia Espiritual, omniamorosa, de transformar los metales básicos que constituyen la imagen sintética del hombre en el oro puro de la Imagen Real para que pueda realizar su dominio sabio sobre la Tierra.
A la larga, el Gran Alquimista enseñará al aprendiz la ciencia seráfica con la cual el hombre realizará aquella maravillosa transformación final de que habló Pablo; “He aquí, yo os muestro un misterio: todos ciertamente no dormiremos, pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir de ojos, a la última trompeta; porque será tocada la trompeta, y los nuestros serán levantados sin corrupción, y nosotros seremos transformados”.
Tened presente que sólo he tocado ligeramente el tema de esta gran energía creadora que está dentro de vosotros ya ahora.
En el nombre del Maestro de Maestros, en el nombre del Señor Cristo, quedo Su siervo y mediador vuestro por siempre, Saint Germain.

martes, 14 de junio de 2016

LA CIENCIA DE LA FIGURACIÓN 1 /2

LA CIENCIA DE LA FIGURACIÓN

Recordad que una vez que habéis sostenido la visión de la nube y la habéis entregado a vuestro Yo Superior para que la sostenga él, esto es, a las facultades divinas latentes en vuestro interior, vuestra Presencia Divina lo hará por el período requerido. Con el tiempo encontraréis que el resplandor de la nube bañará suavemente vuestro cuerpo físico, y mientras esto ocurre tendrá lugar una agudización de la mente y un nuevo sentido de percepción de la vida toda en todas partes.
A medida que realicéis este ejercicio ritual de crear la nube a través de la sintonía con el poder creador del universo., convirtiéndoos por ello en co-creadores con Dios, adquiriréis un sentimiento de separación del mundo, como si fuerais meramente observadores de lo que pasa a vuestro alrededor. Esto ocurrirá cuando os permitáis fluir automáticamente hacia el gran poder creador del Macrocosmos.
Esta experiencia de fluir, por la cual la conciencia inferior del hombre fluye hacia la conciencia de Dios, que es más grande, es lo que se conoce como “subir la montaña”. Se la llama experiencia cúspide porque a través de ella el hombre descubre la Cúspide de su ser, el lugar donde el yo inferior se casa con el Superior, y la Materia y el Espíritu se funden.
Por lo tanto, a todo lo largo de este ritual, vuestra conciencia debe permanecer pura, saturada de Amor, consciente del infinito potencial de la mente kósmica de Dios y completamente identificada con todos los moméntum constructivos. Si se introduce aversión o siquiera leve disgusto contra alguien, o el intento de interferir en el flujo del plan infinito a través de cualquier parte de la vida, semejante actividad creará, por supuesto, una situación kármica que resultará de lo más desafortunada para el individuo que permite que sus energías se vean así comprometidas.
Quienes irresponsablemente han utilizado técnicas alquímicas, por ignorancia o con la intención de causar daño a otras corrientes de vida, de hecho se han causado gran daño a si mismo. Otros que albergan sentimientos de crítica, celos e irritación respecto a los actos o logros de amigo o enemigo, pueden causar tanto daño como aquellos cuya malicia es intencional. Las murmuraciones son una de las formas más destructivas de magia negra y pueden causar la muerte física de sus víctimas.
Viendo que todo daño a la larga le regresa al que lo causó, ¿no sería bueno que los verdaderos alquimistas hicieran un voto de inofensividad, reconociendo al mismo tiempo que la defensa de la verdad y la libertad a veces requiere que se haga una elección entre los males menores?
Insto a todos, entonces, a que comprendan la necesidad de atraer el gran designio de Dios para toda parte de la vida. Naturalmente, no podéis esperar que todo el mundo simpatice con vuestras metas.
Después de todo, en la gran escalera de las almas que ascienden progresivamente (deseablemente hacia la luz del propósito) hay muchos niveles de realización.
Nadie debería condenar a los de menor entendimiento o hacer nada que no sea emular a los de mayor entendimiento. Sobre todo, no estéis ceñosos de quienes tienen más éxito que vosotros en la aplicación de la ciencia de la alquimia intermedia. Recordad que es la práctica la que hace al maestro, que es el motivo lo que transfigura el diseño, que es la belleza la que traspasa el alma.
Así, los objetivos amorosos de Dios dan fruto en el hombre tal como Él originalmente lo deseó. Pues el Jardín del Edén era un sitio donde la belleza de la comunión con el SEÑOR y la comprensión de Sus leyes se podían impartir al hombre. Se tenía la intención de que fuera de la más bella de las escuelas en todo el mundo, donde los sueños de Dios pudieran fluir a través de las ramas de los enormes árboles, donde las ondulantes nubes de mañana, mediodía y tarde estarían iluminadas por el resplandor sagrado del sol luminoso, como “luz que alumbrara el día”.
No os lamentéis, que la escuela edénica será restablecida en este día y en esta era para cumplir con el plan del paraíso antes de que la edad de oro se manifieste. Y aparecerá cuando suficientes alquimistas del espíritu se unan en la meta común de dar testimonio de la verdad.
Ahora pongamos nuestra atención en la ciencia de la figuración, porque sin ella nada aparecerá. Encontraréis esta ciencia ilustrada en la historia de Jacob, que se valió de la alquimia para aumentar el número de sus ovejas. La visualización sobre la nube creadora lo que de hecho produce el milagro de la manifestación alquímica.
Si deseáis una apariencia más juvenil, debéis visualizaros con ella. Si deseáis más vitalidad, debéis visualizaros teniendo ya esa vitalidad: los músculos ondulantes de energía de Dios, la mente rebosante de ideas vitales, hormigueante de vida, luz y Amor.
Debéis sentir y saber que las energías de Dios fluyen a través de las puntas de los dedos de las manos y pies, manando hacia el espacio el resplandor de la salud abundante y del rostro transfigurado.
A medida que practiquéis con este ejercicio, se producirá, sin esfuerzo adicional de vuestra parte, un efecto benéfico en aquellos con quienes estéis en contacto. Pero debéis tener cuidado de no buscar reconocimiento por este servicio; si no, como está escrito en el Libro de la Vida. “no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos”

LA CIENCIA DE LA FIGURACIÓN 2 /2

Sé que sonreiréis cuando diga que sabemos que hay estudiantes que, cuando se les da este material, se entusiasman tanto que dicen a los que no están informados sobre sus esfuerzos de volverse más de Dios: ¿Sientes algo cuando estoy cerca?” Y por supuesto, esto arruinará todo el efecto de cualquier virtud que puedan haber desarrollado durante su estudio.
Llamar la atención sobre los propios logros produce una concentración de energía sobre la personalidad y que se aleja del alma, de lo que deriva la fuente del resplandor. Mientras que las cualidades divinas inherentes del alma son como sustancia radiactiva enclavada en el alma y compartiéndola, la nube resplandeciente es el propio altar alquímico del alma que hace posible la expansión del alma –como el universo en expansión—desde los fuegos de su propio sol central hacia el espacio.
Algunos preguntarán: ¿cómo podemos producir milagros que afecten a otros sin tomar la energía que le pertenece o sin privarlos de la oportunidad de generar sus propias transformaciones maravillosas? Esto parece ser de la opinión de que los fuegos de Dios tienen una tasa de decadencia y de que en algún momento, en algún lugar, estos fuegos se terminarán o se extinguirán.
Me apresto a asegurarnos que, aun cuando todos los soles del universo físico cayeran como cenizas ardientes en el sol central, y que el sol, central, por ley divina, se disolviera en su manifestación física, los fuegos del alma, que son de Dios, nunca se extinguirán. Son inmutables, infinitos, eternos. No tengáis, pues, miedo de que estéis gastando las energías de Dios o de que estéis tomando una energía que pudiera ser utilizada más provechosamente por otro.
Cuando se emitió el fiat “¡Cread!”, fue la señal del regalo de libertad que Dios hizo al hombre. Por consiguiente, el hombre debería ser libre de crear. Más aún, debería ser libre de crear sin juicio. Para proteger su libertad de los pensamientos intrusos de otros, las matrices de su mente deben hacerse receptivos y fortificarse con los pensamientos de Dios; también deben haber espacios durante el día en los que, aparte de crear la nube, el alquimista se sintonice con la mente de Dios y beba de la fragancia de Su ser.
La verdadera alquimia acerca al hombre a Dios y a su Cristo y le permite cumplir los antiguos fiats: “¡Hombre, conócete a ti mismo!””¡Cread!” y “¡Señoread!”. Los beneficios de la comunión del hombre con la vida toda a través de la ciencia sagrada pueden esparcirse por la Tierra entera, y de hecho así será. Estos beneficios son los que pueden –y lo harán—ejercer la presión de las técnicas superiores del cielo sobre el mundo que está abajo.
¿Acaso no habéis leído?: “No olvidéis dar hospitalidad a extraños, porque por ésta, algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles”?
Que los hombres os den hospitalidad como si fuereis ángeles sin saberlo. No mancilléis vuestros resultados alquímicos al imponer la escoria de la personalidad con la fe gozosa de que Dios hará que se expanda y se expanda y se expanda el dominio de vuestro yo en luz y Amor ilimitados.
Uno de los puntos más importantes que debéis comprender en la ciencia de la alquimia intermedia es que, aunque estáis empezando vuestro entrenamiento, ésta no es la única oportunidad que tendréis de utilizar estas leyes. Porque podréis utilizarlas no sólo durante todos los días de esta vida sino que, en caso de no alcanzar la ascensión al finalizar esta encarnación, encontraréis que mientras viváis en esta Tierra, la ciencia de la alquimia divina os ayudará a transformarnos “de gloria en gloria, como el Espíritu del Señor”. Comprended que no hay nada que vaya en contra de Su ley en el uso correcto de la alquimia, porque la verdadera alquimia es la transformación de gloria por Su Espíritu.
Sé que algunos de los que están leyendo este curso tal vez no se hayan considerado religiosos al principio. Tal vez las acciones intencionales de los corruptos, los hermanos de la oscuridad, de arruinar los propósitos de la religión arruinando la vida de quienes profesan seguir una religión, hayan corroído vuestra aceptación de las leyes del Kósmos.
Pero creo que algunos han empezado ya a experimentar resultados profundos en su vida por la práctica de los rituales que os he dado. Y tengo la certeza de que, para aquellos para quienes no es así, empezarán a hacerlo a medida que su fe aumente y contrarresten todas sus negaciones con el sentido exhilarante de que podéis transformar vuestro mundo y de que podéis hacer vuestra vida lo que Dios quiere que sea y lo que vosotros, en lo profundo de vuestro ser, queréis que sea. Pues podéis tener éxito en todo lo que hacéis. Y ese éxito no necesita limitarse al lado Espiritual de la vida, sino que también puede incluir material.
El Señor ha dicho: “Buscad primero el reino de Dios y Su justicia, y estas cosas se os darán por añadidura”. Por consiguiente, no temáis pedir para que podáis recibir las cosas terrenas que necesitáis, tal como primero habéis buscado las celestiales.
Recordad la historia de nuestro Señor que, al ir a entrar en Jerusalén, pidió a dos de sus discípulos que fueran a una cierta aldea donde encontrarían “una mula atada, que nunca hombre montó”.
Los instruyó para que trajeran la “mula, y un pollino con ella”, y que dijeran a todos los que les preguntaran: “El Señor los ha menester”.
¿No queréis desarrollar este sentido de saber que lo que necesitáis Dios lo proporcionará? ¡Edificad, edificad, oh, hermanos de la Luz! ¡Edificad, hermanas de la Luz! Porque Dios os necesita. El reino os necesita.

Amorosamente, YO SOY

Saint Germain.

martes, 3 de mayo de 2016

Lo Que Puede Significar La Alquimia 1 / 3

LO QUE PUEDE SIGNIFICAR
LA ALQUIMIA PARA
UN MUNDO EN DECADENCIA

La luna rige el lado oscuro de la vida y es la luz inferior, la luz refleja la energía solar de Dios. En su estado reflejo ejerce enorme control sobre las mareas y sobre el elemento agua.
La luna, el gran satélite giratorio que rige la noche, gobierna, en parte, así, el cuerpo emocional del hombre y puede fácilmente convertirse en su mayor enemigo o en su mejor amigo. Porque, cuando se dominan de la manera correcta, las energías de la luna (estando debajo de sus pies) pueden ayudarlo a alcanzar el control alquímico sobre sus emociones (sobre su energía en movimiento).
Veamos cómo es esto.
La luna refleja el cuerpo de la Tierra. Cuando tratamos con la luna, entonces, tratamos con la luz refleja del sol. Cuando el cuerpo astral está bajo el dominio del Cristo, su poder se vuelve ilimitado. Cuando sus energías purificadas son magnificadas a su vez por la luna, que es más que un reflector gigante, su poder se multiplica en proporción casi infinita. 
Pero hasta el momento que la conciencia de las masas no esté regida por la luz del sol, en vez de estar regida por la noche, la luna reflejará los efluvios astrales del planeta. Los hombres seguirán siendo, así, víctimas de sus propias creaciones erróneas, y en mucho mayor grado durante el ciclo de la luna llena.
Ahora bien, el alquimista utiliza su conciencia purificada como un reflector de las energías solares de manera muy semejante a como la luna refleja la luz del sol. Las aguas de su mente reflejan la luz del día y de la noche, tal como las aguas del mar reflejan el sendero dorado tanto del sol como de la luna. Pero la Conciencia Crística, el prisma de pureza como el “mar de vidrio”, filtra las impurezas de la luna, tal como refracta la luz del sol.
Siendo toda energía de Dios, las energías calificadas para el mal por lo humano, y que la luna refleja (que se envían de regreso a la Tierra, de donde proceden, siguiendo la ley kármica), pueden ser liberadas de las imposiciones de la mente carnal por el proceso de transmutación. Pueden entonces ser utilizadas para crear, en la tradición del Gran Alquimista, obras de arte más perfectas hasta que las matrices celestiales transformen las matrices terrenales y la luna se convierta en un orbe dorado de extraordinario poder.
La mayoría de vosotros sabéis demasiado bien que cuando vuestras emociones se ven perturbadas por condiciones externas, sentimientos o conceptos, hay un momento en que todavía podéis arrebatarle el control de vuestras energías a vuestro propio cuerpo emocional. Subsecuentemente, si a estas energías se les permite continuar en su arrebato, sin freno, ese momento de control se pierde; y entonces es fácil que la gente haga, piense o diga lo que algún día lamentará.
A la inversa, la mayoría de vosotros se da cuenta del gran gozo y paz que ha descendido sobre vuestra alma cuando habéis sido capaces de realizar algo por alguien. Esto sucede porque, en lo profundo de vuestro ser, existe el deseo amoroso de servir a vuestros semejantes.
Este deseo es lo que instigó el descenso de Cristo, el sol de David, en su papel de antiguo Mesías. El rey pastor, un hombre que seguía al propio corazón de Dios, comulgaba con Dios y se preparó para un mayor servicio mientras atendía a sus ovejas. En ningún lugar fue más visible el lustre de su alma que en la belleza de sus meditaciones sobre el Espíritu del SEÑOR registradas en el libro de los Santos.

Lo Que Puede Significar La Alquimia 2 / 3

Una de las maneras más diestras en que el cansado hombre de negocios o el ejecutivo, la madre o la esposa frustrada, el hombre o la mujer jóvenes confundidos pueden encontrar integración e integridad para sí mismos, es desarrollando la disciplina de ser capaces de dirigir sus emociones para que sean lo que ellos quieren que sean. Semejante disciplina cambiará completamente su aspecto, porque entonces harán frente a la vida con gozosa expectación, no con insatisfacción.
Por ejemplo, si es Amor por alguien lo que deseáis expresar, cuidaos de ese Amor que es egoísta, que exige al ser amado las expectativas de vuestra propia mente y vuestro propio corazón sin entender la prodigalidad del Amor. Para amar como Dios ama, primero tenéis que dar libertad a todas las partes de la vida, incluyéndoos a vosotros mismos y luego colocar vuestra confianza, como un pajarillo que anida, en el corazón de Dios, en el corazón de la bondad y la misericordia.
Habiendo dado todo, recibiréis entonces los dones de Dios más gozosos, eternos, que hayáis imaginado –y algunos mucho más allá de lo que podéis imaginar. Éstos no vendrán sólo a través del cáliz de vuestro propio corazón, sino también a través del corazón de vuestros semejantes. Si, pues, deseáis amar verdaderamente, debéis aprender a disciplinar las emociones inferiores: egoísmo, envidia, celos, resentimientos, testarudez e ingratitud.
Instamos, por ello, en este punto de nuestros estudios alquímicos, a meditar en el control de las emociones, pues las emociones van a desempeñar un papel muy importante en la acción de la nube creadora, que ahora estamos considerando y a partir de la cual estamos operando.
La única forma de ser verdaderamente feliz es darse totalmente al universo ya  Dios, estando al mismo tiempo conscientes de nuestro propio Yo Real, y esperándolo como regalo de retribución de Dios. Uno de los mayores peligros en la búsqueda religiosa se presenta cuando los hombres se entregan a Dios creyendo que es todo lo que hay que hacer. No habiendo comprendido la responsabilidad del libre albedrío, desempeñaron el papel del bobo confundido. Al carecer de voluntad propia, van de aquí para allá, por donde sopla el viento, obsesionados con lo que llamaremos la ley de la incertidumbre. “Porque si la trompeta diere sonido incierto, ¿quién se apercibirá a la batalla?”.
Es necesario que los hombres comprendan que, aunque su entrega a Dios sea completa, después de la entrega tienen que esperar el fíat del don pronunciado por la Presencia Divina como la reformulación de la bendición dada por Dios al nacimiento de Su progenie: “Tú eres mi Hijo amado; hoy yo te he entregado”.
Esto tiene lugar como uno ha entregado el control de sus cuatro cuerpos inferiores a su Yo Crístico, permitiendo así a su Yo Verdadero, el Cristo, obedecer el fíat “¡Señoread la Tierra!” –siendo la Tierra aquí nuestro propio reino de escabel, los cuatro cuerpos inferiores.
Recordad que aun Jesús el Cristo llegó al momento de la unción.
El Espíritu Santo descendió y la voz de Dios renovó el antiguo pacto “Éste es mi hijo amado, en el cual me complazco”. Este es el eterno fíat de la creación, pronunciando desde ña fundación del mundo, que reconsagra al alma que ha prometido renovar, en servicio, el voto que pronunció en niveles internos de hacer la voluntad de Dios.
Por consiguiente, cuando el derecho del hombre de fungir como hijo de Dios se restablece, el momento de creatividad nace, puesto que una vez más ha reconocido el poder del Amor de Dios para perdonar sus pecados (de hacer a un lado su karma hasta el momento en que haya adquirido la suficiente maestría de sí para erguirse, enfrentar y conquistar sus creaciones humanas). Ahora el vínculo de la vida dentro de sí lo une con los más elevados propósitos de la alquimia, y esto, mirad bien, sin despojarlo de su verdadera identidad.
¿Qué provecho saca un hombre si se gana el mundo entero gracias al uso de la alquimia pero pierde su alma?
Pedimos a los estudiantes que comprendan que alcanzar el control del alma (de las energías que componen el propio patrón de identidad), es una de las funciones más esenciales de la alquimia, y que este control se alcanza por la renuncia y la humildad. Cuando el Cristo entró en la Ciudad Sagrada montando en “una mula, el potrillo de un asno”, como mencionamos en nuestra lección anterior, su aspecto era de entera humildad; y, sin embargo, Dios y el hombre lo habían coronado con los más altos honores.

Lo Que Puede Significar La Alquimia 3 / 3

De manera que es esencial que desarrollemos en los estudiantes esas mismas cualidades crísticas que los convertirán en pilares del templo de Dios, que no pueden ser movidos por las emociones humanas, cualquiera que sea su apariencia: crítica, condena, juicio, autocompasión, murmuraciones, traición, tiranía o falsedad humana.
El alquimista debe ser indiferente a toda conducta humana, aunque no desapercibido del pensamiento mundano al extremo que le haga al tonto. Para él el cumplimiento del fíat “¡Sed prudente como serpiente y sencillos como palomas”! es la orden de cada día.
Pero nos preocupan los soportes de la misión, y la misión es libertad para todos. Si queremos que la libertad sea la alegría de todos, entonces debemos dar libertad a todos, porque entonces nadie puede apartar la libertad de nosotros. Es, por lo tanto, a las pasiones de la libertad a las que debemos dedicar nuestros experimentos alquímicos. Debemos elevarnos al control emocional; porque cuando Dios dijo: “¡Señoread la Tierra!”, se refería al dominio individual de las propias energías, de la propia conciencia y los propios cuatro cuerpos inferiores.
El dominio colectivo tiene lugar cuando el espíritu participativo de grupo, de nación, de planeta –reconociendo todo lo que ha recibido de la vida—gozosamente se ofrece y ofrece todo lo que ha recibido del Gran Espíritu de la vida. En ese punto, el hombre individual y el hombre unidad colectiva sopesan el enriquecimiento del Yo Real y la verdadera identidad mística del grupo a través del incremento de los talentos individuales. Estos dones de Dios, cuando se multiplican, son como estrellas en el firmamento del ser que refulgen en el diseño grandioso del destino universal.
Cuando el hombre se vuelve uno con Dios, se da cuenta de que verdaderamente es Dios. Esto no es blasfemia, sino el fruto de la entrega total. El regalo de retribución de la propia identidad de la Vida, cuando Dios se da a Su hijo, es mucho mayor que el sacrificio de la mortalidad dejado en prenda en el altar por el hijo amado. No obstante, es típico de la Deidad ser el Gran Dador y precipitar así la más elevada manifestación alquímica: el prisma de la Conciencia Crística. Éste debe ser, y es siempre, la recompensa por la renuncia a los errores humanos y la plena realización de la vida divina en todo hombre.
La naturaleza toda se estremece entonces dentro del cáliz de la mente crística. El corazón del Cristo desborda esencia creadora, que derrama la experiencia unificadora que lo identifica con la vida, a él con el alquimista y al alquimista con él. ¿Quién puede hacer mal o destruir en quienquiera que sea mi santo monte?
¿Quién puede asistir en quienquiera que sea al santo monte de Dios? ¡Caray, todos los átomos y todos los electrones se abalanzan hacia Dios!
“Y una nube lo recibió y le quitó de sus ojos…varones galileos, ¿por qué estáis mirando hacia el cielo? Este mismo Jesús que ha sido tomado desde vosotros arriba en el cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.”
La Segunda Venida de Cristo es anticipada por el cumplimiento de la profecía: “El uno será tomado, el otro será dejado”.
Porque cuando uno es tomado y el otro dejado significa que el mundo todavía se halla en la maldad y que sólo los pocos han aceptado el reino. Pero cuando la Segunda Venida del Cristo llegue a un mundo acelerado, será porque la naturaleza de lo Divino ha llegado a comprenderse como un don invaluable de libertad para todo hombre.
Cuando este milagro del Amor Crístico se produzca en el mundo, será porque los estudiantes de alquimia –ya se les conozca con ese nombre o con cualquier otro, ya sea en las iglesias o fuera de ellas, en verdad ya sea dentro de cuerpo o fuera del cuerpo—están expresando universalmente el resplandor del diseño crístico.
Bañadas de los fuegos del espíritu Santo, su mente se convertirá entonces en un reactor kósmico, en una hornaza central de ideas universales para la liberación y para la ruptura de las cadenas de esclavitud forjadas por una humanidad recalcitrante.
Revelamos ahora, en esta octava lección, lo que alquimia puede significar para un mundo en decadencia, lo que puede significar para los cautivos esclavos de los sentidos, lo que puede significar para el yo circundado de confusión y caos cuando se convierte en una muestra ordenada, llena de propósitos, de la gracia universal que se expresa a través del campo energético de la identidad individual del hombre.
¿Veis ahora por qué El Morya, la Madre María y todos los Maestros Ascendidos están ofreciendo sus energías generosamente en bien de la humanidad? ¿Veis por qué la nube creadora invocada por nosotros, literalmente una nube individualizada de testigos durante el día y un pilar de fuego por la noche, permite al hombre comprender que el crisol de la identidad, aunque al principio no sea más que un tubo de ensayo experimental, puede convertirse en un radiante altar de la Realidad?

Fielmente, YO SOY
Saint Germain.

domingo, 24 de abril de 2016

LA ANSIEDAD Y EL SÍNDROME DE LA ANSIEDAD 1 DE 2*

LA ANSIEDAD Y EL
SÍNDROME DE LA ANSIEDAD
Para esta lección permitiremos a los estudiantes que experimenten con la creación de la nube y adquieran maestría en ella, mientras nos apartamos del tema por un momento para analizar uno de los principales impedimentos para el éxito en la alquimia, me refiero a la ansiedad y al síndrome de la ansiedad.
Por extraño que parezca, la mayoría de las manifestaciones negativas provienen de la ansiedad, incluyendo el horrible pecado del masoquismo. Puesto que se acepta generalmente que los hombres tienen el deseo de ser felices y que tienen el derecho de buscar la felicidad, hacemos  la siguiente pregunta: ¡no sería prudente que los hombres de todas las sendas de la vida trabajaran por la curación de aquellas condiciones que ellos mismos se buscan por sus ansiedades infructuosas?
Admitimos que hay preocupaciones legítimas y que hombres y mujeres deberían tomar precauciones razonables para su futuro y para las eventualidades que por experiencia personal saben que podrían surgir. Pero es tan necesario que se vuelvan temerosos respecto a la vida en general, o aun a la vida en particular, al grado que sus temores desequilibren sus pensamientos, sus emociones y su psique entera.
(1-Masoquismo Saint Germain emplea este término en sentido amplio: “el placer de ser maltratado o dominado”)
La ansiedad es el gran viaje de la vida. Desvía las perspectivas sin producir ningún beneficio perceptible en absoluto. La ansiedad es la causa de la tendencia de la gente a acumular bienes de este mundo. Cual frenéticas ardillas, apilan su provisión de nueces para el invierno. Acumulan un exceso de todo artículo imaginable y se privan de la felicidad por preocupaciones injustificables e innecesarias y agotadoras preparaciones para cualquier eventualidad.
No esperamos que los estudiantes dejen de ser previsores, pero tampoco esperamos que se dejen atrapar indebidamente en la anticipación de un desastre que nunca llega. La ansiedad es un síntoma de inseguridad; procede de la noción incorrecta que el hombre tiene de sí mismo y de su falta de perspectiva. Mucha gente se siente insatisfecha, no amada, no deseada, y no está segura de qué es exactamente lo que debería estar haciendo con su vida. Sus incertidumbres en condiciones adversas se convierten fácilmente en estados mentales y emocionales de depresión que rayan  en el menosprecio extremo de sí misma.
Considerando estos hechos y teniendo plenamente presente el poder de la energía creadora, hemos decido que, antes de profundizar más en nuestro estudio de la alquimia, abogaremos por una catarsis total, mental, emocional y aun física, para todos nuestros estudiantes. Con ello alcanzaremos una purificación de la conciencia y del ser del hombre: un vaciamiento, si queréis, de las condiciones de inestabilidad, para que nuestra creación alquímica pueda tener lugar en las condiciones más estériles y clínicas posibles.
Y es que es tan fácil que un ingrediente negativo se cuele en nuestras fórmulas, que debemos tomar todas las precauciones posibles antes de empezar  nuestros experimentos. Sin habernos expurgado primero de todas las características indeseables, nos encontraríamos, con el mejor de los motivos, amplificando  lo negativo en nosotros en vez de lo positivo si prosiguiéramos haciendo uso del maravilloso poder de la alquimia.
Éste es uno de los problemas que surgen entre los que siguen a las supuestas escuelas de misterios donde se sirve al ego en un nivel personal en vez de disciplinarlo en un nivel impersonal. A medida que estos estudiantes van desarrollando “poder del alma”, es inevitable que amplifiquen sus moméntum negativo al mismo tiempo que las grandes cualidades positivas que aspiran a manifestar. Pues cualquier cosa que esté en su mundo cuando entran en contacto directo con el fuego sagrado debe expandirse a la vez que su conciencia total se expande.
En algunos casos las cosas negativas anulan por completo las positivas; y muchas veces, debido a afinidades terrenas, el que auge adicional de poder que surge como resultado de la experimentación hará un imán de las cosas negativas de la persona aun cuando ésta esté completamente entregada a la búsqueda divina. Así, sus propios moméntum negativos, escondidos en los rincones de la mente subconsciente, atraerán hacía ella más de su especie de los pensamientos y sentimientos de los demás. Este fenómeno constituye con frecuencia la causa subyacente de la inarmonía en los grupos religiosos.
Ahora bien, nosotros deseamos de veras que el cuerpo de Dios en la Tierra esté prevenido acerca de estas situaciones, pues a no ser que las fuerzas  disuasivas implantadas en la psique del hombre sean sometidas al poder de la gracia divina y vaciadas de su contenido (esto es, de las energías mal calificadas que sustentan su forma), estarán al acecho rondando como espectros y esperando devorar la simiente de toda actividad benigna y convertir, literalmente, la luz del hombre en oscuridad.
Nosotros deseamos lo opuesto. Nosotros deseamos crear en la vida de los aspirantes a alquimistas los efectos transmutadores que le permitan, a través de la percepción y a través de la dedicación al Espíritu del Cristo de la armonía viviente, manifestar todas las cosas buenas bajo control divino. Así llenará la gracia divina el templo de la mente y el corazón del alquimista y lo convertirá en un verdadero hacedor de milagros para Dios.
Cuántas veces hemos visto la preocupación por los semejantes tomar forma en la conciencia del estudiante. Cuando contempla la situación mundial o los problemas de su propia familia, a menudo casi le obsesiona el deseo de producir milagro de reservar gracia para aquellos a los que ama, así como para los necesitados en el mundo que lo rodea. Tan fuerte se vuelve este deseo, que su amor fraternal es muchas veces la motivación central que está detrás de su búsqueda de mayor espiritualidad y autorrealización.}no nos corresponde desalentar  a los que desean servir, sino ayudarlos a que realicen sus objetivos en paz y en honor. Por consiguiente, “reparad los lirios del campo…no trabajan, ni hilan; más os digo que ni aun Salomón con toda su gloria fue vestido así como uno de ellos”. La solicitud de Dios por los pájaros del aire, la gran abundancia manifiesta en la naturaleza y en los “lirios del campo”, muestra el valor supremo que Dios da a cada una de Sus criaturas. Volvámonos a Él, pues, para que nos enseñe a hacer frente a las necesidades de nuestros hermanos aquí abajo.
La ansiedad procede de una falta de fe en los objetivos últimos de la vida. Las experiencias difíciles de la vida por las que muchos han pasado durante la infancia y en años posteriores, creando tensión y tirantez y produciendo el fruto de la amargura, han impedido que desarrollen aquel espíritu refinado que les permitiría desprenderse de sus ansiedades.
En realidad las lecciones que Jesús enseñó sobre la solicitud vigilante del Padre para que el hombre y la naturaleza, deberían dar a todos la comprensión que sanará su inseguridad, su ansiedad y su dolor personal relativos a la mente y al yo. Esta  curación es efectuada por el resplandor irresistible de la preocupación amorosa de Dios por todos los hombres.
Insto, por lo tanto, a todos los estudiantes a tomar en cuenta la tierna solicitud y la consideración del universo manifiestas en el maravilloso funcionamiento del cuerpo físico cuando no interfieren en él contaminantes humanos. Y los insto a que, durante los próximos días, hagan un intento de salvar la brecha causada por su sensación de separación –separación del individuo de su propia identidad, y por lo tanto, del Eterno.
En Él vivís, os movéis y tenéis vuestra existencia. Sin Él no tenéis vida ni identidad.

LA ANSIEDAD Y EL SÍNDROME DE LA ANSIEDAD 2 DE 2*

Haceos la siguiente pregunta: ¿es prudente que contaminéis la Identidad Divina con las intromisiones de la obstinación y de la autocomplacencia? Haceos esta pregunta: ¿habéis dado realmente al padre una oportunidad, o ha sido el vuestro un intento vacilante, de estira y afloja, de realizar a Dios?
No hay nada complejo acerca del origen del alma y su presente comuniuón con Él. Volverse como niño, entonces, como veremos en nuestra próxima lección, es preparar el camino para la más grande manifestación alquímica.
Ahora bien, la alquimia no es brujería; no es disidencia. Es el ejercicio de un control estable, planeado pro Dios, de la naturaleza, y abarca mucho más de lo que los hombres imaginan. Gracias a la alquimia podéis llegar a despojaros de vuestras ansiedades, pero antes debéis edificar una montaña de fe para contrarrestar los pensamientos negativos del mundo, que son en primera instancia los responsables de los fracasos del hombre.
¿Cómo es esto? Cada vez que los individuos tienen un fracaso y lo lamentan, cada vez que tienen un problema y se afligen, en vez de encomendárselo al padre, cada vez que los individuos se sienten agraviados por sus problemas y no los ven como el retorno de su karma o como una prueba, sino como un acto de la Deidad a la cual desafían, acumulan en sus propios mundos frustración, resentimiento, ansiedad y confusión. Y estos moméntum traen a su propia puerta las condiciones negativas del mundo exterior.
Si alguna vez hubo un enemigo secundario de la ansiedad, ése es la confusión. Ésta, también, puede y debería ser curada por los fuegos de la mente crística. Pues sabemos que la mente crística es serena, y sin embargo, capaz de concentrar las energías ardientes del Creador para derrocar al mal tanto en el yo como en la sociedad.
Pero aclaremos que éste es un fuego cuya quemazón es controlada por la mente. Puede ser despacio o rápido. Puede saltar como tierno venadillo y tomar su libertad, su dominio, su control divino, o bien puede quedarse en el aire como jeroglíficos de llama viva y decir a todos los que quieren impedir la manifestación alquímica: ¡hasta aquí!
Os insto a considerar, pues, las pozas de pensamientos negativos del mundo con vistas a desenredar vuestras energías y vuestras actividades de compromisos con las energías mal calificadas ahí contenidas. Y os insto a tomar la resolución divina de que limpiaréis vuestra conciencia por dentro y por fuera de toda sustancia residual que se encuentra allí como resultado de vuestro contacto con los pozos ciegos de la conciencia humana.
La ansiedad debe desaparecer. Debe ser remplazada por la fe y la confianza solemne en el funcionamiento del plan divino. Yo os digo que saber esto con la certeza ¡es un estado de felicidad! Cuando comencéis a comprender plenamente lo que quiero decir, veréis que el desarrollo de esta confianza en lo real es una de las mejores maneras en que los impedimentos del éxito en la alquimia pueden ser vencidos. De hecho, todos los impedimentos de la vida abundante podrían ser derribados cuando dejéis de luchar “como quien hiere el aire”, como dijo San Pablo alguna vez.
Nacisteis para ganar, y digo esto para contradecir el embuste de que el hombre “nació para perder”. Y estáis dispuestos a hacer la afirmación “el YO SOY en mí nació para vencer” como un acto de fe suprema, ésta superará la conciencia humana de fracaso –lastre mortal de pecado, si alguna vez hubo uno.
No importa qué problemas hayáis enfrentado, pues aun las situaciones más deplorables se rendirán al poderoso campo energético de potencia divina que se levantará por vuestra práctica de la alquimia espiritual. Pero, ¿por qué tendría el hombre que atraer las energías de Dios para la experimentación alquímica y la creación, cuando su propio mundo todavía está lleno de las creaciones contrahechas de la mente colectiva y de la cizaña de su jardín, que van a asfixiar sus esfuerzos ya  destruir el buen fruto también?
No quiero decir que no deberías continuar vuestros experimentos con la nube. Lo que sí quiero decir es que deberíais entender la dualidad de la vida y daros cuenta de que las ansiedades deben desaparecer. Pero para que esto pueda ocurrir debéis tomar la decisión consciente de que así será. Y si así lo hacéis, os prometo que vuestros experimentos no sólo  serán más puros y más exitosos, sino también que producirán felicidad y sus frutos para vosotros y para toda la raza humana.
¡Ah, tenemos tanto aún, pues cada Maestro ama a cada hijo-siervo!

Por la libertad para todos, quedo
Saint Germain.

lunes, 18 de abril de 2016

LA NATURALEZA SE RINDE ANTE LA MENTE I de III Alquimia Saint Germain*

LA NATURALEZA SE RINDE ANTE LA MENTE QUE
ES COMO LA DE UN NIÑO

La clave más importante que podemos entregar al alquimista en esta etapa de su desarrollo, se encuentra en estas palabras de Jesús: “Cualquiera que no recibiese el reino de Dios como un niño, no entrará a él”. Todas las bellezas prístinas de la naturaleza –las luces etéricas cuyo dulce brillo se puede sentir en las facultades Espirituales nacientes de los hijos de Dios—tienen como contenido esencial el dulce anhelo creador de un niño.
No deseo desengañar a la mente de los hijos de los hombres. Que han tenido tan alta opinión de los Maestros del Kósmos, del falso fulgor del que han revestido nuestros cargos al servicio de la Divinidad, casi como si cubrieran de oro el lirio kósmico. Sin embargo, si siento la necesidad de señalar, no sólo por mi propia experiencia, sino también por la experiencia de los que están por encima de mí en la jerarquía, que mientras más alto hemos ido en nuestro contacto con la Deidad más candorosa, más simple, más hermosa ha sido Su representación.
Por consiguiente, concluimos que la inocencia de la Naturaleza misma es acaso la mayor de las claves para su potencial de creaciones maravillosas. Insistimos, entonces, en la necesidad de que los hijos de Dios vacíen su mente de la escoria de las emociones turbulentas que han comprometido sus energías por siglos y que los han mantenido atados a una ronda insensata de confusión y lucha.
La gran barrera para el progreso espiritual ha sido que los hombres confundan la santa inocencia con volverse como niños pequeños y hacer el tonto. Los más altos Maestros son como niños, dulces e inocentes. No obstante, cuando operan en los dominios del mundo, agudizan sus “sentidos mundanos” para pronunciar su juicio sobre los asuntos humanos.
La razón de que introduzca yo el tema de volverse “como niños” en nuestro estudio de alquimia intermedia, es que cada factor del pensamiento y del sentimiento deja su huella en las matrices sensibles de la manifestación alquímica. Así que ningún pensamiento ni sentimiento debe tacharse de irrelevante. Sin titubeos declaro que el más importante de los factores alquímicos para que se manifiesten loa más altos aspectos de la creación es la mente, que es como la del niño: pura y sin mácula.

La Naturaleza se Rinde Ante la Mente...II de III*

La mente infantil es la más grande de las mentes porque su inocencia es su mejor y más segura defensa, porque no está rodeada de conceptos tumultuosos y porque es libre de desarrollar simetría, color, sonido, luz y nuevas ideas. En pocas palabras, es libre para crear; su meta suprema es repartir felicidad en todas sus formas y manifestaciones, manteniendo todo el tiempo la pureza y la inofensiva del niño.
Dejadme decir, sin embargo, que la idea de inofensividad es aplicable sólo al mundo de los seres humanos, pues, ¿cómo es que existe la necesidad de inofensividad si antes no existe la ofensa?
Cuando destruís la ofensa, ya no necesitáis crear inofensividad. En ausencia de ofensa y de inofensividad prevalece la inocencia de la infancia, permitiendo a los hombres comulgar suavemente con la naturaleza y el Dios de la naturaleza.
El vasto drama que custodia el camino del Árbol de la Vida y los secretos alquímicos también surgió de la necesidad. La desobediencia de la ley kósmica por parte de los hombres, sus titubeos en las cosas del espíritu, sus moméntum acumulados de destructividad en la Tierra, han obligado a que se restringieran sus actividades en el cielo.
Entonces, en un sentido muy real, se ha confinado al hombre a la Tierra para elaborar su destino. El Edén, el jardín de Dios, y los secretos de la vida ahí contenidos, se han negado porque no ha querido escuchar el mandato divino: “El día que de él comieres con seguridad morirás”.
Ahora siempre el hombre debe comprender que cuando participa en la conciencia del mal se somete a las leyes de la mortalidad.
Pero Dios siempre ha estado listo para recibirlo una vez más como niño pequeño.
La compasión del Cristo por los que habían perdido su inocencia es patente cuando se lamenta: “¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedrea a los que son enviados a ti! ¡Cuántas veces quise juntar tus hijos, como las gallinas juntan sus pollos debajo de las alas, y no quisiste!” Por ello venimos ante la corte de la inocencia y abogarnos porque se comuniquen a la humanidad las llamas de pureza, verdad e inocencia kósmica.
Uno de los conceptos erróneos mayores que se han formado en la mente de los hombres, es el que se refiere a la naturaleza de los dominios de lo espiritual. Los hombres piensan o bien que el cielo es distante, insatisfactorio y carente de las alegrías de este mundo, o bien imaginan que es la meta última: la recompensa para los fieles y su solaz de las opresiones de un mundo de pecado, un lugar donde no tendrán ya nada que hacer y donde todo progreso cesará.
En ambos casos, la falacia está en pensar que el futuro traerá al hombre algo a lo que no tiene alcance hoy. La vida es abundante: aquí, ahora y siempre. Dondequiera que estéis; lo único que se necesita es recurrir a ella.
Permítaseme decir, pues, que he caminado y conversado con los dioses más viejos de la raza. He conocido a los más grandes Maestros interplanetarios, seres kósmicos y angelicales. He asistido a ceremonias en las grandes salas de los retiros y recorrido las avenidas del Kósmos. En pocas palabras, he tenido las experiencias más maravillosas desde mi ascensión y conservo aún el recuerdo de todas mis experiencias terrenas anteriores a mi ascensión.
Pero ninguna de ellas –ni aun las más elevadas—es digna de compararse con las experiencias que he tenido en la mente del Niño Hombre Divino. El alquimista debe, pues, darse cuenta de que ni el Cielo ni la Tierra le pueden dar lo que todavía no ha encontrado dentro de sí.

La Naturaleza se Rinde Ante la Mente...III de III*

En verdad, “cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han entrado en el corazón del hombre, son las que Dios ha preparado para aquellos que Le aman”. ¡Qué lástima que no haya más hombres que puedan despojarse de ese falso sentido del bien lejano y futuro! Los secretos de la vida han de encontrarse aquí abajo como arriba. El transformar los metales básicos en oro sólo producirá belleza y riqueza terrena.
Pero el transformar la naturaleza baja del hombre en el oro refinado del Espíritu le permitirá, no sólo conquistar el mundo del espíritu, sino también asumir el dominio sobre el mundo material.
Si toda potestad me sedada en el cielo y en la tierra, entonces yo puedo darla a quienquiera que yo desee. Mas, ¿la daría yo a quienes abusarían de ella y la utilizarían mal en perjuicio y agravio de sus hermanos?
¿Por qué fue colocada una espada encendida al oriente del Edén?
¿Por qué fue interrumpida la continuidad de la existencia por la muerte? ¿Por qué enfermedad, guerras y brutalidad han pasado al primer plano y se han apoderado de la conciencia humana? ¿Por qué se ha prolongado la ira? ¿No es acaso porque la gente ha tenido miedo de la pérdida del respeto propio, de la pérdida de la individualidad, de la pérdida de la relatividad? En realidad, ¿qué tiene que perder? Nada, más que sus miedos; nada, más que sus cosas negativas.
Porque lo que está ligado a la realidad no se puede perder.
Que aprendan los hombres a despojarse completamente de sus apegos en la Tierra; así empezarán a  entrar en la mente como la del niño y en el espíritu de la inocencia creadora. Los más grandes ángeles que custodian el camino del Árbol de la Vida no pueden negar la entrada al Edén a los que se han unido de nuevo con la mente totalmente inocente de Dios. ¿Cómo podrían negársela, entonces, al Alquimista Divino en el hombre que, en honor, se estira para tomar el fruto del Árbol de la Vida y vivir en verdad eternamente?
El significado de esta alegoría es bastante sencillo. Mientras el hombre viva según la “tierra, terreno”, según  los conceptos de “la carne y la sangre”, no puede heredar el reino de los cielos, no puede sostener la conciencia celestial. Pero cuando con inocencia candorosa entra en el reino de lo divino, encuentra que todo el Universo es suyo –porque ahora pertenece a todo el Universo.
Esta dulce entrega a las poderosas corrientes de la ley kósmica y de la pureza le muestra la necesidad de transferir, de las octavas superiores de la luz a las ramificaciones inferiores del yo, el poder y la gloria, la victoria y la superación, la transmisión y la transmutación.
Debe el hombre despojarse del oropel y el encanto y remplazarlos por luz y pureza y hacer bien todas las cosas. Debe aspirar al espíritu de excelencia; debe olvidar las limitaciones y todas las cosas que quedaron atrás. Debe tener fe en lo que todavía no ve y saber que la Naturaleza misma guarda una cornucopia de belleza y luz que esperan ser derramadas sobre él, cuando se pronuncie la palabra mágica.
¡Cuán bella es, así, la nube la nube de testigo! Pero ¡cuán importantes son las inofensividad y la simplicidad! ¡Cuán sobresaliente es la fe! ¡Cuán suave! Dulce, y sin embargo, poderosa es la fe que mueve montañas.
Debido a que aproximamos a tiempos de mayores descubrimientos, he preparado cuidadosamente la mente y la conciencia de los estudiantes para las más bellas experiencias del mundo, pero no las he mantenido confinadas al dominio de la vida temporal. Estoy creando dentro de vosotros estados de percepción interna que os ayudarán a avanzar espiritualmente, con la cual, aun si el cuerpo fuera despojado, la mente del Espíritu Santo fluirá a través de vosotros y os mostrará el camino del Cristo, el camino del Ayudante, el camino de la inocencia y el camino de la felicidad.
Los hombres están aburridos, frustrados. Son ásperos. A través de lo que llamaríais la “excitación” de la vida, han aceptado la falsedad creada, difundida y popularizada como sofisticación mundana por las potencias de la oscuridad; todo esto es la antítesis de la conciencia infantil. “Vosotros sois la sal de la Tierra: y si la sal perdiere su sabor, ¿con qué será salada?” Reiteramos la declaración del Maestros porque recuerda que el condimento esencial de vivir está en cultivar el sentido interno de la belleza y la realidad.
Aquellos que recibís de Dios no se le niega a nadie; los hombres se lo niegan a sí mismos en su ignorancia. Todos tenemos la responsabilidad de alentar a la luz para que se expanda en toda persona, pero cada cual tiene que abrir puerta por sí solo. Cada cual debe llegar a darse cuenta de que el Redentor Divino es el Creador Divino, y de que, desde que el hombre descendió a las octavas inferiores de la conciencia humana, el Señor de la Luz ha seguido manando su resplandor por doquier.
Está al alcance, pero oculto.
Es real, pero lo cubre de irrealidades la mente de los hombres y sus experiencias de vida
Él es luz, a veces tapada por la curiosidad de las equívocas calificaciones.
Es el Gran Proveedor de toda cosa buena y perfecta.
Él combina el verde vástago y la cristalina nieve.
Él combina lo etéreo en el firmamento, reluciente de encendido sol el centro solar.
Su amante corazón invita a todos entrar:
“Cúbrete, hijo precioso, de vestidos de maestría, modesto y sereno.
Para el dominio no es menester la jactancia, más el dominio debe exhibir toda gracia necesaria para ayudar al mundo a mantener el paso con las legiones kósmicas al arrostrar los momentos del fin de un tiempo.
Juventud y luz aparecen cuando se hace frente a la elección del tiempo.
Arroja, pues, todos tus temores y resplandece, como los fuegos eternos de a juvenil inocencia kósmica”.
Al borde del descubrimiento, quedamos vuestros fieles instructores de la luz y al alquimia divina.

Saint Germain.

jueves, 31 de marzo de 2016

La Alquimia Más Elevada 1 de 2*

LA ALQUIMIA MÁS ELEVADA

El sentido de realidad y el sentido de deleite con que el estudiante que aspira a crear se concreta en la nube determinan su eficacia. En la alquimia, como en todas las cosas, la duda y la negación destruyen; la fe y la felicidad sostienen.
El hombre debe llegar a reconocer que el espacio y el tiempo son subdivisiones necesarias de una realidad única, que las limitaciones que personifican, y que proporcionan límites necesarios. Pueden convertirse en escalones para lo ilimitado y en un verdadero medio para que un electrón cualquiera en el espacio se convierta en un universo o para que un universo se convierta en un electrón. La inspiración del aliento sostenido del Espíritu Santo y la expiración crean un remolino de conciencia en anillos concéntricos, que se desplazan rápidamente hacia el extremo de la periferia de la manifestación.
La mente finita puede hallar difícil, al inicio, captar este principio. Para facilitarlo, expliquemos que la conciencia de Dios que sostiene el Universo, también se encuentra dentro del hombre.
Ahora bien, si la conciencia de Dios que sostiene el universo se encuentra dentro del hombre, ¿es irrazonable suponer que el hombre también puede encontrarse dentro de la conciencia que sostiene el universo?
En el intercambio macrocósmico-microcósmico, en el gran flujo de la vida, del deleite. De la alegría sin límites, el hombre percibe la unidad de todo lo que vive; y reconoce que su papel de receptor de los beneficios del universo conlleva la necesaria devolución de los beneficios de su propia conciencia creadora al universo. Hay alegría en la construcción del templo de la vida, pues el orden templado y el servicio templado crean en el individuo un sentido de construir cuando todo lo que hay a su alrededor es la destrucción de valores, moral y fe. Pero en el templo encuentra su papel constructivo entre los papeles de destructividad que los hombres han elegido para sí.
Muchos dicen: “Destruyamos para poder construir”. Que recuerden que antes de poder construir sabia y correctamente toda tendencia a la destrucción debe ser extirpada de su conciencia; porque la ley creadora, al hacer que se extienda la realidad de Dios hacia el marco del orden natural, automáticamente cancela sus imágenes imperfectas.
No hay necesidad de mantener en la conciencia un sentido de destrucción, ni siquiera un sentido de condena. El amado Jesús dijo: “Porque no envió Dios a Su Hijo al mundo para que condene al mundo, más para que el mundo sea salvo por él”. El secreto del Árbol de la Vida puede encontrarse, pero el aspirante debe renunciar primero a su sentido personal, a su sentido de separación de Dios y de la vida, de manera que la conciencia universal pueda fluir hacia él. El aliento del Gran Alquimista se convertirá así en el suyo propio.
No es, entonces, el “yo” personal el que hace las obras, sino el Padre en mí el que hasta ahora obra, y yo obro. El Padre que hasta ahora obra es el esfuerzo creador del universo que realza la visión de la perfección de la vida para una humanidad que se desplaza hacia adelante. El “yo” que obra en la individualidad consciente uncida a la Presencia YO SOY de la Realidad universal. Es el Hijo que obra con el Padre de Todos para producir en todo hombre, y para cada hombre, la suma de la gloria que conocimos juntos antes de que el mundo fuera.
Si manifestaciones imperfectas frustran las funciones de la ley kósmica, entonces recuérdese que el Espíritu acrecienta la calidad de la vida. Gracias a los hermosos dividendos que rinde la aceptación por parte del hombre de su realidad y del flujo de la vida, éste llega a identificarse totalmente con el Espíritu que no tiene forma. Puede entonces, en la manifestación de la forma, crear una relativa perfección, como Arriba, así es abajo.
Tal como el gran Maestro advirtió a sus discípulos: “Sed, pues, perfectos, tal como vuestro padre que está en el Cielo es perfecto”, de la misma manera nosotros deseamos disuadir a la mente de los aspirantes a alquimistas de la idea de que la forma no puede perfeccionarse dentro de un marco relativo.
Admitimos que, según los patrones de evolución, las formas y las ideas se autotrascienden en la gran progresión kósmica de la vida, pero también vemos que dentro de un universo trascendental los científicos han sido capaces de perfeccionar sus métodos e inventos a lo largo de las épocas históricas. Así han sido establecidas las dispensaciones de la ciencia, con la esperanza de que, al  aliviar a los hombres de sus faenas ingratas, utilizarían su tiempo y su energía libres para desarrollar su conciencia crística, que supera y trasciende la mente y el ser mortales del hombre.
La Gran Hermandad Blanca está al corriente de la influencia tan enorme que pueden ejercer en la mente juvenil las tendencias destructoras de la música y el arte. Muchos de los jóvenes de hoy no tienen normas con qué juzgar aquello con lo que se los alimenta, sencillamente porque desde sus primeros años han estado enmarañados en una telaraña de oscuridad que a ellos les parece ser creación de la luz.
Es difícil por ello extender las alas del espíritu Santo hacia estas almas jóvenes, pues el intelecto humano que incita a sus egos rebeldes los ha convencido de que la forma libre y la ausencia de restricciones es el medio por el cual alcanzarán la autorrealización.
Nada podría estar más lejos de la verdad, púes la autodisciplina es el requisito del momento. Pero estas almas sin domeñar no renunciarían a su voluntad humana por nada ni por nadie, de modo que para el príncipe de la oscuridad es fácil encontrar discípulos entre quienes han sido subvertidos desde sus primeros años.



La Alquimia Más Elevada 2 de 2*

La alquimia más elevada es la precipitación de la conciencia crística; todos aquellos a los que sea dado el hálito de vida tienen la obligación solemne de transmitir los preceptos de la sagrada sabiduría antes de pasar la antorcha de la responsabilidad a la siguiente generación. El antiguo proverbio: “Instruye al niño en la manera en que debe conducirse, y aun cuando fuere viejo no se apartará de ella”, se convierte así un mandato para todos los hombres. Al buscar un medio para mejorar las tensiones y la calidad de la vida, deberían considerar y reconsiderar sus mandatos hasta que estén efectivamente entretejidos en toda la estructura del esforzarse por el futuro.
La inmortalidad, la avaricia, el egoísmo, el deshonor, nunca han proporcionado, en ninguna edad, recompensa alguna, excepto la destrucción de las espirales del futuro. Sólo la luz puede levantar, ya sea en la civilización o en el hombre individual. Sólo la luz tiene el poder de dotar a nuestra nube del entendimiento de que es nuestro propio futuro –tejido hoy a partir de las energías controladas de nuestra existencia y dotadas resueltamente de nuestra visión superior y de nuestra más rica fe –el que dará el fruto de la prodigalidad al Universo, con la calidad divina creadora más elevada.
A medida que os preparo para esfuerzos más avanzados realizados por amor a vosotros y a la humanidad, es esencial que os dote, lo mejor que pueda y por medios espirituales, de la visión de lo que Dios es. Aun en nuestras octavas más altas es imposible, para aquellos de nosotros que estamos todavía en un estado individualizado inferior, darnos cuenta plenamente de quién y qué es el Gran Alquimista. Pero nos podemos acercar al Sanctasanctórum;  nos podemos aproximar trascendiéndonos a nosotros mismos tal cómo Él se trasciende eternamente, transformándose de gloria en gloria por obra del Espíritu universal.
Nunca nos aburre ni nos cansa el esfuerzo invariable de cambiar, pues sabemos que, a cada paso que damos, tiene lugar un salto infinito en nuestras alturas. Dios se identifica tan bellamente con cada parte de la vida, que hay alegría en toda la creación cuando el Yo Superior da el salto gigante. En las palabras del Cristo a sus antiguos discípulos: “Entraré delante de vosotros a Jerusalén”.
La Ciudad de Dios, la Ciudad de Paz, el parlamento kósmico del hombre: éstos son los frutos del amor del Padre, de la idea del Gran Trascendentalista, del Eterno Alquimista, el Gran Espíritu, Dios el Padre. Cristo el Rey. El que baja las montañas y levanta los valles que quita a los poderosos de sus asientos y exalta a los humildes, hace todas las  cosas para producir el summum bonum de la realidad última para cada parte de la vida.
Su prodigalidad está más allá de todo reproche, y si Sus preceptos hubieran sido atendidos en cualquier época y en cualquier sociedad, las espinas de esa época hubieran sido mitigadas y abatidas. Las fragancias de la rosa hubieran envuelto a la época y se hubieran manifestado el aprendizaje, la cultura y la belleza más elevados. La pena y el sufrimiento hubieran terminado en un sentido relativo y, con el entendimiento, el arco dorado hubiera podido ser visto por todos dentro de los límites de su realización inmediata. La puerta de oro se hubiera abierto de par en par y el corazón del propósito se hubiera percibido detrás de todo ello.
La naturaleza y el Dios de la naturaleza conspiran para producir universos por los siglos de los siglos, el gran magnetismo diurno, las prendas universales que, como hombre y mujer, como positivo y negativo, Espíritu y Materia, están diseñados para producir las maravillas de la vida. Su belleza deslumbrante y maravillosa puede encontrarse en cualquier lugar, pero para algunos es un movimiento ostentoso ante el cual se retraen; para otros es un himno universal de propósitos.
Pero aquellos de nosotros que no amamos nada con mayor fuerza que guiar a la humanidad de palabra y acción, es la oportunidad del eterno Buda, el brote inicial de la flor de la realidad gozosa cuya fragancia no invade todo; penetra la calidad de la vida, retira los olores de la oscuridad, lo abarca todo. Revela el significado y el propósito del Amor que renace al sacrificarse. ¿Qué más puedo decir ahora que estamos ante el umbral?
Digo que enciendo una luz dentro de vuestro ser. Sea grande o pequeña, que la llama se expanda siempre y que os ayude a forjar, para vosotros mismos y para la gloria del Gran Alquimista, una vida plena de interés en asumir e dominio y en ser uno con el Gran Modelo.
¡Ah, amemos juntos! Estemos juntos y veamos juntos el movimiento distante que anhela aproximarse.

Gratamente quedo,

Saint Germain.

(Alquimia Saint Germain)

domingo, 20 de marzo de 2016

EL CAMINO DEL ÁRBOL DE LA VIDA 1 de 2

EL CAMINO DEL ÁRBOL DE LA VIDA

El fervor que aspiramos a comunicar puede asimilarse. El fuego de nuestra mente y espíritu puede absorberse con una simple lectura y la aplicación de la conciencia, del corazón. Sabemos que el hombre puede entrar, por inducción, en un estado más elevado.
La lectura y relectura sincera de nuestras palabras, hasta que se conviertan en parte integrante de la conciencia del aspirante a discípulo, pueden crear, y de hecho crean, en él una clave gracias a la cual se desarrolla su propia habilidad alquímica.
Se ha despertado tanto interés por la creación de la nube en muchos de vosotros que quisiera seguir exponiendo sobre ella.
La nube es el medio por el cual el hombre cambia su destino, no digo que no haya otros métodos que puedan efectivamente lograr este propósito. Cada acto kármico tiene su propia recompensa.
Cada acto que realizan los hombres, cada pensamiento que piensan deja huella en su vida, pero muchos de ellos están teñidos negativamente, de ahí que se manifiesten en forma destructiva. Llegan al azar, a través de experiencias que los hombres no gobiernan; porque, cuando los hombres no gobiernan su mundo, las circunstancias del mundo lo gobiernan a él.
Con la creación de la nube, pues, buscamos trascender el tiempo, el espacio y aun el karma: cortando en muchas de las viejas espirales, abreviando el tiempo en que el hombre se dé cuenta de su propia realidad divina y ayudándole a darse cuenta, en forma avanzada, de benevolencia del Señor Universo.
Hay muchas escuelas de la Hermandad. Hay muchos métodos para obtener logros. En nuestras comunicaciones a través de The Summit Lighthouse aspiramos a asistir a nuestros estudiantes en la expansión de su conciencia con facilidad. Tratamos de unir el cuerpo de Dios en la Tierra creando primero el entendimiento tanto de la belleza como de lo práctico de la verdadera alquimia. No estamos interesados en formar una sociedad de magos que vayan por ahí haciendo supuestos milagros –aunque admitimos que el alquimista experimentado puede hacer eso precisamente con este curso.
En lo que estamos interesados, es en suscribir a nuestros estudiantes a una hermandad y un cuerpo universales que ya existen en espíritu en la Gran Hermandad Blanca. Estando en un plano invisible, esta orden, que reúne a los alquimistas del Espíritu, requiere una unión con la humanidad encarnada. Pues sólo a través de esta asociación podemos formular los conceptos más hermosos y confortadores que permitirán, a todo el hogar mundial, respirar el aire de la libertad e imbuirse de los fuegos del destino en sus aspectos individual tanto como colectivo.
El hombre debe ver y saber que tal como es, y tal como actúa los demás también son y actúan. Así, pues, en percepción y en acción el hombre puede dotar a las páginas de la historia de una iluminación reveladora, cumpliendo así los fíat de Dios “! Señoread la Tierra!” y “¡ Poned el ejemplo para el siglo!”. Con cada acto de gracia, al hombre se le dota de más gracia. Cada paso que dé en la maestría de sí mismo lo coloca más alto en la dignidad kósmica, hasta que al fin es coronado a través de los misterios eternos con la realización completa de su propio potencial.
Entonces, nuestra nube, en respuesta a algunas de vuestras preguntas, puede volverse físicamente tangible. No es necesario que sea ése el caso para dotaros de las más elevadas gracias. Con la nube podéis atraer hacia vosotros a los santos testigos de Dios que han vivido en todas las generaciones, que Lo han llamado bendito y que Él ha bendecido.
A través de la luz y el fuego de la nube podéis liberaros de la mediocridad de la época actual y de la degradación de épocas anteriores, así como de los efectos acumulativos en la psique humana. Podéis, por así decir, desgarrar el velo del Sanctasanctórum si vuestro objetivo es la comunión con el Altísimo, como fue el objetivo es la comunión con el Altísimo, como fue el objetivo de Moisés en el desierto del Sinaí. Con la nube podéis alcanzar la plena perfección de vuestra gloriosa Presencia YO SOY.
Luego, a través de vuestro contacto con la Presencia YO SOY, la Presencia de todo ser, podéis desarrollar una cultura del Espíritu en niveles inferiores que proporcionará una escalera de seguridad por la que otros podrán subir. Nunca ha sido necesario, independientemente de cuáles manifestaciones externas o de cuáles energías astrales viles quieran entrar en vuestro mundo, rendirse a tales depredaciones. Tenéis el poder del Cristo para desechar estados de conciencia indeseables.
El Gran Alquimista vive dentro de vosotros. Vosotros vivís dentro de él. Por lo tanto, a través de vuestras experimentaciones conscientes con la nube podéis rodearos del medio con el cual producir transformaciones.
En nuestro examen de quienes a lo largo de los siglos han trabajado con la nube, hemos notado que los que estaban convencidos de la realidad de la nube que se atrevieron a dotar su conciencia y su ser de las cualidades propias de la nube, fueron cada  vez más eficientes en su uso. Para ellos, cada experimento cotidiano de crear cambios ha sido cada vez más fácil.
Espero que en este curso intermedio os haya comunicado las ideas que deseaba comunicar. Sin embargo, entended por favor que todo el poder y toda la gloria sólo pueden irse manifestando dentro de los conceptos del curso en su totalidad.
Es mi esperanza, igual que al crear esta serie cuando produje por primera vez los Estudios Sobre Alquimia, elaborar un día para vosotros los Estudiantes Avanzados Sobre Alquimia. Entonces podremos ofrecer a los hombres una bella trilogía: la primera sección sentará la base de ideas con la llama dorada de la iluminación; la segunda, ésta, proferirá el rayo de amor que, por medio de la nube del Espíritu Santo, dotará de vida a vuestras ideas; y la tercera, que explicará cómo hacer que sea permanente aquello que creéis con el poder de la Palabra hablada.

EL CAMINO DEL ÁRBOL DE LA VIDA 2 de 2

Esta trilogía será especialmente valiosa para quienes no sólo están interesados en la “magia”, sino que también reconocer que la alquimia es el medio de renovar la juventud, primero en las entrañas del hombre y luego por toda su conciencia y manifestación. Si esto se logra, no podrá menos que ser el medio de enriquecer el pensamiento individual y mundial.
Ahora bien, al sopesar el experimento correcto en vuestros esfuerzos alquímicos, recordad que los estereotipos que abundan en el mundo no son todos desagradables. De hecho, hay muchas obras literarias históricas y culturales magistrales que describen estereotipos divinos o arquetipos, como los llamaríamos. No es necesario que el estudiante, en sus experimentos alquímicos, evite todo lo que parece ser ordinario. En muchos casos, más que hurgar en los lugares comunes, es más importante que evitéis calificar  cualquier cosa de trivial, pues en realidad puede constituir una gran idea.
No temáis adoptar pensamientos hermosos porque alguien los pensó primero. Ya vendrá el momento en que se desarrollará en vosotros una gran singularidad. Pero hasta que no seáis más diestros en vuestros experimentos, es más importante que vayáis por camino seguir –esto es, si es a la velocidad combinada con la exactitud a lo que aspiráis.
Llega un momento en que el hombre trasciende la valla de lo que sus propias pautas de experiencia le pueden enseñar. Allí los inmortales están listos –al igual que mientras todavía está aprendiendo las elecciones de la Tierra—para ayudarlo a expandirse en cada faceta de sus empeños, sean humanos o divinos. El progreso no se rige tanto por lo que el hombre desea hacer os er, ni por lo que el mundo tiene que ofrecer, como por su propia realización de que puede ser todo lo que Dios quiere que sea, con sólo que acepte ese mero pensamiento.
No busquéis, entonces, lo extraño; más bien contentaos con ser un buen hombre o una buena mujer. Poneos en manos de Dios, en manos del padre de todos, que se preocupa por los pájaros del aire y por las florecillas frágiles que duran el hálito de un momento.
¿No pensáis que a Él le importáis más vosotros que la yerba del campo que se marchita –Él, que os tiene en tan alta estima que os da Su conciencia, que crea un universo para vosotros, una Madre universal, la Naturaleza misma, y que impregna esa Naturaleza de los fuegos de Su propio Espíritu…todo por vosotros…todo por vosotros? Más el hombre es como la yerba del campo cuando así se estima, cuando, en la mediocridad, el egoísmo, el engaño y el sentido de lucha personal, lo único que busca es el reconocimiento del exterior.
Que los hombres busquen no para que otros hombres piensen que son grandes, sino para reconocer en el interior la grandeza de Dios inherente en todas las manifestaciones de la Vida. Entonces su alquimia contendrá la alquimia de llegar a ser perfectos.
No digo que no haya otros misterios por revelar en relación con la alquimia. Sé que los hay. Lo que digo es que
El camino del Árbol de la Vida,
El secreto perfecto
Que Dios ha guardado de los curiosos
Y los profanos,
Sigue siendo un misterio penetrable
Para aquel que no se avergüenza
De llevar sus alas,
Para aquel que comprende
La diligencia de cada día,
Para aquel que se limita a extender la mano
Con la confianza amorosa en que el destino nuestro es,
Para aquel que está dispuesto a dejar atrás
Un pasado que no ha producido
La belleza exuberante que anhela,
Para aquel cuyo corazón aspira, como el cáliz,
Al más elevado y dulce,
Al más noble y mejor, al Señor,
Con el deseo de que se le otorgue,
A él y a todo fragmento de vida,
El mejor de los regalos.
En tono íntimo, amoroso,
De comunión interna, declara:
“¡Oh, Padre, hágase Tu Voluntad y no la mía!”
A él se le otorga el premio supremo, 
La palabra “dominio”.
Es el Hijo, el alquimista,
El amado,
Él puede multiplicar los panes y los pescados,
Caminar sobre las aguas,
Cumplir sus deseos y los de otros
Y ser el Gran Benefactor.
En él prevalece el Espíritu Inmortal,
Y la última Tule puede ser vista.

Me suscribo, sinceramente, vuestro amigo inmortal,
Saint Germain