Por consiguiente, estableceos en una conciencia firme, inamovible, que rechace el mal como la mentira que es por la caracterización que le da el hombre; y mientras aspiráis la esencia del fuego sagrado. “flor de Poder”, resolved despojar a esa mentira de su Poder negativo que se manifiesta como espinas de abusos.
En necesario reconocer que, cuando la energía-acción desciende de Dios hacia el hombre a través del brazo superior, estrechándose al pasar por el embudo para fluir hacia el crisol del ser, en el punto de la cruz, pasa a través del nexo y se dispersa hacia los tres triángulos inferiores, para manifestarse como Poder, Sabiduría y Amor en el mundo de la forma material.
Así, las energías infinitas de Dios se moldean por la caracterización que les da la atención del hombre en el corazón de la cruz, la sede de su mente consciente. Por este medio, el Poder se congela en el mundo físico, tomando la forma de los pensamientos, los sentimientos, los actos y la palabra hablada del hombre; la liberación de su potencial depende enteramente de la motivación y de la voluntad de su conciencia.
El equilibrio entre el brazo superior, que recibe las energías del Espíritu, y los tres brazos inferiores, a través de los cuales las energías del Espíritu se funden en la Materia y como Materia, se encarga de la manifestación equilibrada del Poder de Dios, “como Arriba, así abajo”, de los planos de la primera causalidad hacia el efecto físico, tal como se enseña en la ciencia hermética.
Si la caracterización que hace el hombre de su cuota de energía Espiritual, liberada a través del cordón de cristal y procedente de la Presencia YO SOY con dirección al chakra del corazón, conservara su pureza desde el momento en que entra en el crisol de su conciencia, todo lo que hay en el microcosmos reflejaría la perfección del macrocosmos. ¡Pensad en esto!
Las energías de los tres brazos inferiores, que se despliegan en una acción equilibrada desde el centro de la cruz de Malta, proceden, pues, del plano del Ser puro hacia la fase de la forma, o acción, de la llama trina. El Poder mismo (en el brazo izquierdo) retiene la polaridad negativa a menos, y hasta, que se caracterizada con la polaridad positiva del Amor divino (en el brazo derecho). ¡Ponderad bien esta afirmación!
Ahora bien, el brazo izquierdo de la cruz denota la carga Espiritual negativa, o “menos”, de la energía caracterizada por la llama azul del Poder. El brazo derecho denota la carga positiva, o “más”, caracterizada por la llama rosa del Amor. Y el brazo inferior, que denota el eje central del impulso más-menos, es caracterizado por la llama dorada de la iluminación, que imbuye al polo positivo tanto como al negativo de la dirección y el propósito de la Sabiduría de Dios.
Por lo tanto, el propósito de todo lo que está por debajo en el microcosmos, es llegar a ser una triple manifestación del fuego sagrado que desciende desde Arriba en el macrocosmos.
La energía liberada desde la Divinidad, la Estrella del Día de los alto –la piedra imán o Presencia YO SOY, que cintila en las octavas de perfección--, inmediatamente al entrar en las octavas inferiores de la Materia asume el polo negativo del ser en lo que se llama el lado oscuro de la manifestación. Éste es el lado “menos” de la Vida, donde el impulso positivo de potencial liberado desde el Espíritu entra en la caracterización material.
Las energías almacenadas en el Espíritu, cuando están precedidas por el pensamiento correcto en el brazo izquierdo, ganan el ímpetu para la virtud divina por el Poder de la cohesión y la atracción del Amor cuando son liberadas a la acción a través del brazo derecho. Esta acción izquierda-derecha, de “empujar y jalar”, puede ilustrarse con el principio del tiro de honda, donde la piedra en la honda se aleja de la Y de un tirón negativo, cosa que asegura el necesario ímpetu de Poder, para poder dirigir el tiro hacia el blanco en una emisión positiva.
Recordaréis que está escrito en el primer capítulo del Génesis que el SEÑOR Dios hizo “la lumbrera mayor para que señorease en el día y la lumbrera menor para que señorease en la noche”. El brazo septentrional de la cruz representa el lado soleado del ser, y los tres brazos inferiores el lado oscuro.
Como el brazo izquierdo de la cruz de Malta es el brazo negativo de la Trinidad en la forma, es a su vez simbólico del lado negativo de la Vida, en el que están suspendidos los tres brazos inferiores. Luego, es también el brazo izquierdo el que denota la naturaleza física del hombre como cuna, o crisol, en el que Dios derrama Su poder en la forma de una condensación de la ardiente intensidad de Su Luz.
Esto lo hace con la esperanza de que el hombre se alce por encima de la cuna/crisol y trascienda el mundo de la experiencia que el alquimista percibe como el lado oscuro de la Vida, una densificación temporal del Espíritu, un laboratorio en la Materia donde está obligado a demostrar las leyes científicas del ser para poder retornar a la morada permanente del Espíritu. De las esferas densas de este mundo de experiencia, al que los hindúes se refieren como el mundo del maya, el alma debe surgir, “purificada y emblanquecida”, y elevarse hacia la pureza de la gran llama de Dios de su ser.
La cruz de Malta tiene otro significado. Cuando la perfecta integración de Dios y el hombre es completa, tiene lugar un efecto como la explosión de un sol con emisiones de Luz desde el punto central de la cruz. Dentro del círculo cósmico de la totalidad, en el punto simbólico de la individualidad, se focaliza el equilibrio del Espíritu y la Materia, una Unicidad Divina de todos los planos, una unión del Dios Padre/Madre que realiza las espirales de Alfa y Omega.
A través del sagrado corazón del alma desposada con el Cristo Universal en el matrimonio alquímico, ¡la Luz ha llegado, la Luz brilla en verdad!
Dios es en Verdad del Todo-en-todo –no sólo en principio, sino también en la aplicación práctica. Porque este Dios, Cuyo Cristo, como dijo San Pablo, es Todo y está en todo, es el Todo-en-todo dentro de la manifestación individualizada hecha a su imagen y semejanza. Así se confiere la plenitud del reino de Dios a Sus hijos e hijas –así, a través de la cruz de Malta, ¡se cumple el precepto “Tuyo es el Poder”!
El Poder de Dios, en forma de luz/energía/conciencia, se le confía pues, a todo hombre. Y es en el uso correcto de este Poder en todas las formas –según las leyes espirituales/físicas de la alquimia, que aquí os he declarado en parte, dejando el resto a vuestra comunión mística con el Cosmos—como el hombre puede ciertamente llegar a entender más del Universo y alcanzar la victoria de la Vida eterna.
Me doy cuenta de que mis escritos sobre alquimia desilusionaron a algunos estudiantes debido a sus erróneos niveles de expectativa. Algunos de hecho se obsesionaron con la idea de que iba yo a darles alguna fórmula taumatúrgica gracias a la cual luego de realizar ciertos signos cabalísticos en el aire de recitar la palabra secreta entre todas las palabras, materializarían piedras preciosas e incluso dinero, que les caerían “ del aire” en las manos.
No me cabe duda que si éste don se confiriera a todo el mundo, constituiría el mayor abuso de Poder jamás concebido, tanto de mi parte como de la parte del universo mismo; pues si los hombres están convencidos que tienen responsabilidades kármicas en el uso del Poder que ya tienen, que se detengan a pensar por un momento en la responsabilidad que tendrían si se incrementara ese Poder.
No pidáis, pues, tanto un incremento de Poder como un mejor entendimiento sobre cómo usar ese Poder que ya tenéis, y observad cómo el universo, en toda su gran Sabiduría, ardiente de deseo de impartiros la vital frescura del Ser, os irá confiriendo, por aprehensión directa, aquellos secretos alquímicos que os asegurarán no un abuso continuo sino un uso correcto y glorioso del Poder de Dios hasta la salvación de todos.
Que Su paz esté con vosotros mientras me uno a vosotros en la liberación de mayor comprensión sobre vuestro dominio sabio de la llama de la iluminación.
Vuestro obediente amigo de la libertad.
SAINT GERMAIN
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